Es sumamente importante no cogerlos y no aproximarse a la zona donde veamos a una corza tumbada o donde oigamos las llamadas de las crías. Con ello estaremos ayudando a que los corcinos salgan adelante.
Las crías de los corzos, en los primeros días de vida, intentan pasar desapercibidas manteniéndose quietas entre la vegetación. Su poco olor les permite defenderse de sus depredadores más habituales: los zorros.
Estas crías no están abandonadas. Respetémoslas.