Raquel lo empezó a lograr cuando decidió apostarlo todo por Karak, esta vez el restaurante era tan suyo que quiso darle una personalidad inequívoca. El nombre sería también el suyo: Ka Rakel (Casa Rakel), bien lleno de ‘k’, emblema de su alborotada independencia. La imagen correspondería al ciervo, animal totémico también tatuado en su brazo y que representa su pasión por la carne de caza, su origen manchego, desplegado en detalles por toda su carta. >>> VER LA NOTICIA COMPLETA >>>