Los modelos más sencillos que nos indican el máximo rendimiento sostenible (MRS) son los denominados de producción excedente. Tienen en cuenta tan solo los datos brutos de población, sin tener en cuenta su estructura, es decir, el reparto de las clases de edad y sexo. Por ello la extracción que mejor se ajusta es aquella que se hace no sólo sobre uno de los dos sexos, sino sobre todas las clases del conjunto de la población ya que la aportación de cada una de ellas al balance demográfico es diferente.
En ocasiones una gestión intuitiva puede llegar a producir una sobreexplotación del recurso o bien un control de población llega a lograr reducir la población gestionada. El análisis de la presión cinegética que produce el incremento o el descenso de una población permiten calcular la tasa de extracción con la que se consigue que la población esté en equilibrio.